Cuestión de perspectiva

En la conferencia de un compañero sobre optimismo,  nos presentó una hoja en blanco con un pequeño punto negro en el centro y nos preguntó a la audiencia que veíamos.

La mayoría de los asistentes dijimos que veíamos un punto negro. Nuestro cerebro, por su naturaleza, pone el foco en lo que destaca. A continuación él dijo que lo que veía eran millares de puntos blancos alrededor de un punto negro.

No es infrecuente la ocasión en que este ejemplo puede ser aplicado a nuestra vida cotidiana. Damos por sentado que lo normal de nuestra vida es que todo vaya sobre ruedas y cuando un único factor descarrila, centramos nuestra atención en ello y ya no vemos los puntos blancos alrededor, ósea las cosas que “si” van bien.

Esta práctica llevada al extremo, es decir, cuando nos enfocamos en diversos  sucesos negativos que coinciden en un mismo día o durante una larga temporada, nos puede conducir inevitablemente a una sensación de stress, tristeza y finalmente a la depresión.

El dicho popular “la vida son dos días y uno está nublado”, insinúa que además de ser corta tenemos pocas oportunidades  para disfrutarla realmente.

Entonces la pregunta que me hago es esta ¿Será que realmente hay días nublados o es que no somos capaces de mirar más allá de nuestra corta y limitada perspectiva? Haciendo una analogía con el clima, todos sabemos que aunque hay nubes negras a la vista, más arriba de las nubes el horizonte está siempre despejado y límpido.

Así que en verdad esa nubosidad, es solamente un punto negro cercada por infinitos puntos azules. Pero como en el ejemplo de la hoja, nuestro cerebro solo capta el punto negro y si no cambiamos nuestra perspectiva realmente esto influenciará nuestra existencia haciéndonos creer que esto es lo que hay.

Rafeek Albertoni

Coach ilusionista

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