Enseñanza corporativa efectiva y afectiva

Soy partidario de que lo más importante no es lo “qué” se cuenta, y sí de “cómo” se cuenta. Me explico: hemos escuchado a lo largo de los últimos años, de la boca de los expertos en enseñanza infantil, que este o aquél niño no alcanzaban el rendimiento óptimo en la escuela porque tienen “déficit de atención”. Por un lado justificaba el problema pero por otro exime de toda la responsabilidad al profesor y se la carga al alumno al 100%, aparte de estigmatizarlo como portador de una deficiencia.

  También es bastante común escuchar a empresarios y profesionales de RRHH decir que el porcentaje de éxito en formaciones de habilidades empresariales es bajo, pobre y que sólo ocasionalmente se pone en práctica lo aprendido.

  Entonces me pregunto ¿hasta qué punto esta falta de implicación es únicamente responsabilidad de los alumnos?

   Ciertamente un alumno que no está comprometido con el aprendizaje  es una tierra infértil y da igual lo que se plante, que nada va a florecer; por otra parte ¿estamos poniendo de nuestra parte para hacer las formaciones más atractivas y efectivas?

   Mi experiencia, como defensor de la utilización de  nuevas técnicas creativas  para la transferencia de habilidades y valores es qué no. O sea, que realmente siento que la mayoría de los empresarios y profesionales de RRHH ansían resultados diferentes pero siguen haciendo lo mismo. Básicamente se sigue abusando del Power-Point y sobrevalorando la teoría.

   Cuando, formadores como yo, presentamos nuestras propuestas innovadoras para los responsables de formación o directores de RRHH,  la mayoría  se muestran muy impresionados pero luego encuentran barreras en la organización, desconfianza de lo nuevo, prefiriendo no arriesgarse, o esperando que otro lo haga para no correr riesgos. Parafraseando a Woody Allen, “todo el mundo quiere ir al cielo pero nadie quiere morirse”.

  Ya hay suficiente material publicado que demuestra científicamente los beneficios que puede aportar la inteligencia emocional para potenciar el aprendizaje del alumno. («La intelingencia emocional en la empresa» de Abel Cortese ó “La inteligencia emocional como una habilidad esencial” de Pablo Fernández-Berrocal y Natalio Extremera Pacheco).

  Esto sumado al juego, el humor o la magia y principalmente con mucha pedagogía práctica, representa la revolución que estábamos esperando en la enseñanza de habilidades empresariales.

  Normalmente, en España, las empresas que más innovan en este sector y las que más se benefician de estos nuevos y efectivos métodos son las grandes multinacionales, que por su propia condición global, tienen una cultura más abierta. Sin embargo la que más necesita este servicio es la mediana empresa, que podría encontrar en estos nuevos métodos de enseñanza, la llave que la diferencie de la competencia.

  La clave está en que ahora mismo, dadas las características del mercado,  no hay margen para competir únicamente con el precio o por posicionamiento, la única salida es competir optimizando el capital humano y esto pasa por ofrecerles nuevas formas de aprender, retener y de poner en práctica lo captado.

 Rafeek Albertoni es coach consultor, actor e ilusionista. Fundador de Ingenio Formación

Rafeek Albertoni

Coach ilusionista

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