
12 Abr ¿Motivación o empowerment?
A menudo me preguntan cual es la diferencia entre los términos motivación y empowerment. Cuando la empresa utiliza los clásicos mecanismos de castigo y recompensa para motivar a su plantilla, están promoviendo lo que tradicionalmente se conoce con el vocablo “motivación”. Generalmente son acciones unilaterales en efecto cascada (desde arriba hacia abajo) promovidas por los directivos, ofreciendo incentivos y premios de diversa naturaleza para los que se unan a la campaña.
Las empresas también suelen promover talleres motivacionales con el objetivo de “inflar el balón” de los empleados para que suban el listón de iniciativa, participación y pro-actividad. Estas formaciones están en el campo de la motivación extrínseca, o sea, pretenden motivar al individuo desde un agente externo como los directivos o los formadores motivacionales. En estos casos el poder no nace del individuo y sí de sus superiores o formadores.
Hasta ahora es como se viene haciendo, pero este modelo ha tocado techo y no permite evolucionar más porque no contempla el principal mecanismo motivador que es, la “decisión personal” de automotivarse. Como sabemos las empresas pueden invertir miles de euros para motivar a alguien pero si la persona está cerrada e impermeabilizada de poco servirá.
El “empowerment “es un termino acuñado para denominar al tipo de motivación intrínseca, que tiene por objetivo convencer al individuo a que accione por si mismo la decisión de motivarse, lo que le confiere una sensación de autonomía, que es la base principal para promover la evolución y la excelencia. El empowerment está fundamentado en los estamentos del coaching pues pretende “despertar” y no “dar” el poder a las personas.
El camino más eficiente para despertar el empowerment es a través de técnicas de inteligencia emocional y PNL, que ayudan al individuo a manejar sus propias emociones en aras de comprender el qué y el porqué de su pérdida de interés por el trabajo, por un proyecto o por la vida.
Ya sabemos que la realidad única no existe y sí, lecturas fragmentadas de ella y cada uno, las interpreta según sus experiencias, creencias y cultura. De esta manera si la interpretación de la realidad actual no te parece motivadora o ilusionante, está en tus manos crear una lectura más alentadora. Esta es la verdadera libertad, la libertad de establecer una percepción de la realidad que te permite ser la mejor versión de ti mismo.
En otras palabras sería como actualizar la célebre frase de Ortega y Gasset “yo soy yo y mis circunstancias” por “yo soy yo y como interpreto mis circunstancias”
Saludos y buena semana,
Rafeek Albertoni
Fundador de Ingenio Formación y coautor del libro “Coach para trabajar de fábula”
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